INTRODUCCIÓN
Historia de la colección:
La Colección de Microorganismos con Interés en Control Biológico (CMICB) fue establecida en 1994 bajo la dirección de la doctora Alba Marina Cotes, con el objetivo de desarrollar alternativas sostenibles y eficientes para el control de enfermedades y plagas, en armonía con el medio ambiente y la salud de los consumidores. Desde su creación, la colección ha crecido considerablemente, incluyendo microorganismos de diversos géneros y especies, aislados a partir de muestras de suelo, hojas, frutos e insectos, recolectados en cultivos agrícolas de 17 de los 32 departamentos de Colombia.
Actualmente, la colección conserva 826 aislamientos nativos organizados en tres grupos principales: bacterias (320), hongos filamentosos (271) y levaduras (235). Los ecosistemas de donde se aislaron estos microorganismos se caracterizan por presentar fluctuaciones extremas de temperatura, alta exposición a radiación solar y escasez de nutrientes y agua. Estas condiciones ambientales han favorecido la evolución de microorganismos altamente resistentes, lo que los convierte en un recurso valioso e invaluable para el desarrollo de bioproductos utilizados en el manejo de plagas y enfermedades agrícolas de manera más ecológica y socialmente aceptable (Cotes, 2018; Lindow y Brandl, 2003).
Inicialmente, la conservación y caracterización de este recurso biológico estuvieron a cargo de diferentes investigadores y curadores del grupo de Control Biológico de Plagas Agrícolas. Hoy en día, bajo la dirección del Departamento de Agrobiodiversidad de AGROSAVIA, continúa la ardua labor de caracterización biológica y conservación de la riqueza genética y metabólica de los aislamientos, con el fin de garantizar su viabilidad y estabilidad. La información contenida en este espacio tiene como propósito difundir el recurso biológico de la colección y fomentar su uso en proyectos de investigación que, como lo propuso en sus inicios la doctora Cotes, contribuyan al desarrollo de un entorno agrícola más seguro y sostenible para las generaciones presentes y futuras (Cotes, 2018).
Problema inicial:
- Uso indiscriminado de productos de síntesis química.
- Desarrollo de resistencia por parte de fitopatógenos y plagas
- Pérdidas en la producción agrícola debido a fitoenfermedades e insectos plaga
- Contaminación del suelo y el agua
Contexto:
El planeta tierra abarca alrededor de 1 trillón (1012) de especies de microorganismos pertenecientes a diferentes órdenes y con capacidad de vivir en una amplia diversidad de hábitats, entre los que se incluyen ambientes extremos. Gran parte de este número de microrganismos son benéficos y están involucrados en procesos biológicos como el ciclaje de nutrientes, la biorremediación y el control biológico de fitoenfermades y plagas. Por otra parte, se encuentran los microrganismos fitopatógenos que, para sobrevivir, parasitan o consumen tejidos vegetales; constituyendo uno de los principales problemas para la producción agrícola. Los microorganismos fitopatógenos pueden infectar diversos tipos de plantas en diferentes estados de desarrollo. Se pueden clasificar en patógenos foliares, patógenos del suelo o endófitos según el tejido que infectan como, por ejemplo, los que afectan la filósfera, la rizosfera, los tejidos vasculares, o las semillas. Pueden afectar la planta o producción agrícola tanto en el campo como los procesos de postcosecha y causar pérdidas económicas considerables para el productor, además, de la pérdida total del alimento. Se estima que más de la mitad de los alimentos producidos en el mundo se pierden a causa de la dispersión de dichos patógenos.
Entre los géneros de microrganismos más reconocidos por su actividad biocontroladora se encuentran algunas bacterias del género Bacillus u hongos filamentosos de los géneros Metarhizium spp.o Bauveria spp.. Algunos de estos microrganismos benéficos han sido reportados por su capacidad de producir compuestos volátiles y no volátiles o desarrollar mecanismos de acción que contrarrestan el aumento de microorganismos patógenos o incluso plagas. Estos microorganismos, denominados agentes de control biológico, son caracterizados y, aquellos con mayor potencial en biocontrol, son empleados para el desarrollo de bioproductos (bioinsumos). La integración de estos bioproductos dentro de estrategias de manejo del cultivo hace que la productividad agrícola sea más amigable con el medio ambiente y se disminuya el uso de productos de síntesis química.
Meta de la CMICB: Colectar, conservar, caracterizar y seleccionar microorganismos con potencial de uso en el sector agropecuario, principalmente para el desarrollo de Bioinsumos clasificados como “Agentes de control biológico de plagas y enfermedades”.
Bioinsumos: La formulación de los microorganismos es un paso esencial en el desarrollo de un bioinsumo viable y efectivo, así como, la producción y obtención de las estructuras que van a ser empleadas como ingredientes activos.
Personajes:
Agentes de control biológico como Trichoderma koningiopsis, Lecanicillium lecanii, Beauveria bassiana, Bacillus subtilis y B. thuringiensis, entre otros.
Patógenos: Sclerotinia sclerotiorum, Botrytis cinerea, Rhizoctonia solani, etc…
Plagas: Mosca blanca, Spodoptera frugiperda, etc…
Escenario: Cultivo (planta) como, por ejemplo, maíz.
Ejemplo de escena: Se podría iniciar con la imagen de un cultico de maíz y luego acercarse a una plata enferma. Al enfocarse en la hoja podrá encontrarse con larvas que se alimentan de la hoja y seguir con la aparición en escena de un hongo entomopatógeno que combate a la larva y la vence. Por otro lado, en esa misma planta en el tallo o raíz puede estar afectado por un fitopatógeno que a su vez, también es combatido por otro súper microorganismo; enfatizando en el uso de agentes biológicos y no químicos que también afectan a la planta. Para finalizar los agentes de control vuelven al lugar donde se mantiene (colección).