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AGROSAVIA identifica y propone herramientas de manejo integrado de una plaga de la guayaba

AGROSAVIA identifica y propone herramientas de manejo integrado de una plaga de la guayaba

Mosquera, Cundinamarca. Diciembre 4 de 2020. El barrenador de tallo y ramas del árbol de la guayaba, denominado «anillador», se encuentra especialmente en la región de Hoya del río Suárez (HRS), ubicada entre los departamentos de Santander y Boyacá; y en el norte del departamento del Valle del Cauca. Con el fin de hacer frente a este insecto plaga, y ante el requerimiento de la cadena del frutal en el principal núcleo productivo del país, los investigadores del Centro de Investigación (C.I.) Tibaitatá de AGROSAVIA, Victor Camilo Pulido Blanco, Orlando Ildefonso Insuasty Burbano, Zaida Xiomara Sarmiento, profesionales de apoyo a la investigación; y Julio Ramírez Durán, jefe del Departamento de Semillas de la Corporación, aunaron esfuerzos para conocer la taxonomía de la plaga, su ciclo de vida (en laboratorio y campo), la forma de su daño (incidencia y severidad) y sus enemigos naturales (parasitoides y hongos entomopatógenos). Con esta información se ha logrado tener elementos para trabajar en la formulación de un esquema de manejo integrado de plagas.

El anillador es una plaga que puede ocasionar graves daños en el árbol de guayaba, afectando una industria de la que dependen 6000 familias, 131 fábricas de “confites” de guayaba (como bocadillo), y de la que se generan 24 millones de dólares anuales en utilidad. Por estudios previos ya publicados en el libro de AGROSAVIA: Insectos: plagas de importancia económica en el cultivo de la guayaba y sus estrategias de control, sabemos que este insecto plaga está en el 98 % de las fincas muestreadas en la HRS (n=124), con aproximadamente 10 árboles infestados sobre 40 observados por finca, hasta 96 larvas simultaneas por árbol, y una moda de afectación moderada a severa.

“Gracias al artículo tenemos la certeza de que el anillador (bander worm en inglés) es un sésido de la especie Carmenta theobromae (Busck, 1910). Es interesante mencionar que para corroborar su identidad se consultaron los caracteres externos sugeridos en las revisiones de la venezolana Nereida Delgado, la argentina Gentili-Poole emplazada en el Instituto Smithsonian en Panamá, y el estadounidense Thomas Eichlin (q.e.p.d.) experto en sésidos. Gracias a la colaboración de la Biblioteca Agropecuaria de Colombia, se consiguió la descripción original de la especie realizada por Busck en 1910. Los caracteres propuestos en dicha descripción coinciden con los que presentan nuestros especímenes. Además, se hicieron estudios de los aparatos genitales que nos permitieron confirmar la identidad de la especie. Para esto, contamos con el apoyo de la Colección Taxonómica Nacional de Insectos Luis María Murillo (CTNI), Pablo Osorio Investigador Máster de AGROSAVIA y Gilson Moreira investigador de la Universidad Federal de Rio Grande del Sur en Brasil”, comentó Victor Camilo Pulido, profesional de apoyo a la investigación de la sede Tunja y uno de los autores del artículo.  

Gracias a este estudio también se sabe que, en condiciones naturales, el ciclo de vida del gusano anillador es de 120 a 150 días (4 a 5 meses), con dos o tres generaciones por año (multivoltino). En condiciones de laboratorio, el ciclo de vida es de 90 a 110 días. C. theobromae se distribuye en la provincia de Vélez, y puede afectar a la totalidad de los guayabos del sistema silvopastoril, hasta en grado severo, pero no a los guayabos en sistema en tecnificación o tecnificado. Las prácticas culturales de deshierbe y poda sirven para el manejo de esta plaga puesto que ofrecen condiciones adversas para su establecimiento en los troncos y ramas: reducen la humedad de los sitios, y elevan la temperatura de estas zonas al aumentar su grado de exposición al sol. Al respecto, los investigadores hallaron que en sistemas tecnificados vecinos a sistemas silvopastoriles infestados se reducen a la mitad o un tercio la presencia de la plaga.

“Hallamos 18 entidades taxonómicas parasitoides (géneros y especies), que atacan los estados de huevo, larva y pupa del anillador, y cinco entomopatógenos que afectan la larva y pupa de la plaga de forma natural en la HRS. Los enfoques potenciales para controlar a C. theobromae pueden incluir el uso de parasitoides como Brachymeria pedalis y Telenomus sp. En cuanto a entomopatógenos, son prometedores los hongos Lecanicillium lecanii, Beauveria bassiana y B. brongniartii. De hecho, los resultados sobre el uso potencial de estos tres entomopatógenos sobre esta plaga y a otra de la guayaba identificada como Simplicivalva ampliophilobia «gusano taladrador» se publicarán en la revista Scientific Reports”, aseguró Victor Camilo Pulido.

Esta investigación contó con el apoyo de los especialistas e investigadores mencionados en la determinación, y con la colaboración de Javier Jiménez Vargas (Asistente de investigación C.I. Tibaitatá sede Cimpa), el profesor Jorge Blanco de la UPTC, Erika Valentina Vergara, curadora de la CTNI y, Andrés Felipe Vinazco (investigador de la Universidad del Valle).

Los hallazgos de este estudio pueden ser consultados en el artículo <<Carmenta theobromae (Busck, 1910), plaga de la guayaba en Colombia: biología, ciclo de vida y enemigos naturales>>, publicado recientemente en la revista de Países Bajos (Holanda) Heliyon, de la editorial Elsevier BV, rankeada en el Q1, h index 18, y SJR 0.43 en 2019.

 

 

  • Más información:
  • María Elena Londoño Rubio
  • Profesional de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
  • Centro de Investigación Tibaitatá - CIMPA
  • Oficina Asesora de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
  • melondono@agrosavia.co
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