- De la resistencia a la siembra: Cuando un joven decide quedarse, no solo afianza su vida en el territorio, sino que siembra la semilla del cambio. Es un arraigo que brota del amor por lo propio y de la firme creencia, de que en el campo hay un nuevo amanecer.
Florencia, Caquetá. Noviembre 13 de 2025. En el pulso verde de la Amazonía colombiana, donde la tierra guarda memorias de lucha y resiliencia, se encuentra Balsillas: un territorio que ha forjado su identidad entre el conflicto y la esperanza. Ubicado en San Vicente del Caguán, al noroccidente del Caquetá, este corregimiento es testimonio vivo de la resistencia campesina y la construcción de paz desde los cimientos de la comunidad.
Balsillas no es solo un punto geográfico; es un símbolo de dignidad y sostenibilidad en la Zona de Reserva Campesina del Pato y Valle de Balsillas. Aquí, la defensa de la vida campesina y el equilibrio con la naturaleza se respiran en cada proyecto, en cada mirada joven que elige honrar sus raíces y cultivar un futuro próspero desde y para el territorio.
En las montañas verdes y los caminos de tierra que tejen la geografía resiliente de este territorio, llegó un soplo de futuro. La Corporación colombiana de investigación agropecuaria – AGROSAVIA, de la mano del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, arribó a este rincón de Caquetá no como visitante, sino como sembrador de optimismos. Bajo el cielo amplio de la Amazonía y entre las aulas de la Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, echó raíces la -Estrategia Nacional Jóvenes Rurales-. No fue solo una transferencia de conocimiento, sino un trueque de confianzas: huertas caseras que brotan como promesas, irrigada por un sistema de microaspersión, producción de lombricompost como estrategia para la producción orgánica, cría de pollos de engorde que simbolizan autonomía, y proyectos porcinos que hablan de sustento y soberanía.
Esta obra no es solo infraestructura instalada; es un legado de raíces profundas. Un ecosistema de aprendizaje donde brotará el arraigo y madurará el amor por el campo, para que el conocimiento trascienda el aula y las nuevas generaciones escriban, con manos expertas, la próxima cosecha de progreso en su tierra.
Esta alianza no vino a enseñar, sino a aprender con la comunidad. Vino a potenciar lo que ya existía: el ingenio joven, la fuerza campesina, el deseo de quedarse en el territorio. Con técnicas innovadoras y acompañamiento cercano, se impulsó no solo la seguridad alimentaria, sino también el empoderamiento de una generación que hoy mira al campo con orgullo y con posibilidades. Se logró articular la tecnología con el conocimiento tradicional, que permite florecer esperanza y arraigo al territorio.
Aquí AGROSAVIA, no repartió manuales; cultivo sueños. No se impartieron charlas; se encendieron motores. Y en cada surco, en cada grano, en cada joven que decide quedarse, crece el verdadero cambio: el arraigo que nace del amor por lo propio y la certeza de que el campo también es futuro.
- Más información:
- José Dario Ule Rodriguez
- Profesional de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
- Sede Florencia
- Oficina Asesora de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
- jule@agrosavia.co
- AGROSAVIA