La Plata, Huila. Julio 24 de 2025. En los paisajes productivos del municipio de la Plata - Huila, donde el Sanjuanero, la tierra y el sudor escriben la historia de sus gentes, la innovación ha llegado para revolucionar el cultivo de plátano. Ya no se trata solo de sembrar y esperar, sino de transformar: tecnologías que hablan el lenguaje de los cultivos, conocimientos que descifran los secretos del suelo y prácticas sostenibles que reconcilian al hombre con la tierra. Este es el nuevo latido del campo, un pulso que combina tradición y futuro.
En este escenario de cambio, la Corporación colombiana de investigación agropecuaria -AGROSAVIA, con el respaldo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, ha emprendido una misión vital en el corazón del Huila. Bajo el lema Seguridad alimentaria, se desarrolla el -Plan de vinculación de ofertas tecnológicas en plátano, con enfoque de seguridad alimentaria, dirigido a productores y comunidad indígenas del departamento del Huila-. Esta labor, no solo siembra plátanos, sino esperanza. Con un enfoque innovador, están revolucionando la producción de semillas de calidad, acortando tiempos y multiplicando oportunidades para la Asociación de Plataneros el Progreso.
Eliseo Polanco Diaz, investigador master y líder del proyecto explica, “Mediante la implementación de una técnica innovadora para la producción y multiplicación de semillas de plátano, estructurada en tres componentes fundamentales así:
Huerto de multiplicación intensiva: Sistema diseñado para la producción a gran escala de semillas y material vegetal de alta calidad. Mediante técnicas como la siembra en alta densidad y el doble surco, se optimizan los recursos disponibles. A los cinco meses, se realiza el corte del pseudotallo a nivel del suelo, eliminando la dominancia apical (punto central de crecimiento). Este proceso estimula la emisión de múltiples rebrotes (colinos), incrementando significativamente la disponibilidad de material vegetal.
Los túneles de multiplicación: son estructuras especializadas que aceleran la propagación de plántulas de plátano mediante el uso de cormos (tallos subterráneos) que pesan entre 700-1000 g, seguido de la ruptura de la dominancia apical para inhibir el crecimiento central y estimular la emisión de brotes laterales. Esta técnica garantiza una alta tasa de multiplicación, permitiendo un suministro sostenible y escalable de semillas de calidad. A esta estructura se le instalo un sistema de riego para el uso eficiente del recurso hídrico en épocas críticas.
El vivero: constituye la fase final del proceso, donde las plántulas son sometidas a un período de aclimatación y fortalecimiento en condiciones controladas. En esta etapa se optimizan parámetros fisiológicos y morfológicos, garantizando que el material vegetal alcance el tamaño, vigor y resistencia necesarios para asegurar su supervivencia y desarrollo óptimo durante el trasplante a campo.
Así, de esta manera vamos a obtener el material vegetal o semilla de calidad, necesario para la siembra y la comercialización”.




Pero hay más: el sistema productivo de plátano es solo el comienzo. La asociación El Progreso ahora siembra diversidad de alimentos entre sus surcos. Frijol y maíz brotan junto a los cultivos principales, enriqueciendo no solo la tierra, sino también los platos y la salud de sus familias. Un paso clave hacia la soberanía alimentaria que ya está dando frutos.
Aquí, la ciencia se pone al servicio de la comunidad: un sistema acelerado de producción de semillas está cambiando las reglas del juego. Ya no habrá largas esperas ni incertidumbre; ahora, cada semilla lleva consigo la promesa de alimento seguro y autonomía económica. Pero el proyecto va más allá: está dejando huella. Capacitación que empodera, infraestructura que perdura y, sobre todo, un legado de soberanía alimentaria para que estas familias no solo coman hoy, sino que siembren su propio mañana.
Pronto, estos plataneros no solo cosecharán frutos, sino también semillas de alta calidad, listas para comercializar y compartir con otros agricultores de la región. Así, el ciclo se cierra y se reinventa: lo que nace en La Plata no se queda allí, sino que se convierte en herencia viva para todo el Huila.
Pero su magia no termina ahí. Este oro verde teje redes de prosperidad: en los mercados locales se cotiza como moneda de trueque, en las cocinas ancestrales se transmuta en recetas que narran historias, y en los suelos agotados se erige como cultivo resiliente. Sin embargo, su verdadero potencial está por explotarse. Innovaciones como variedades resistentes a sequías o procesamiento artesanal podrían catapultarlo de alimento básico a símbolo de soberanía alimentaria.
Para AGROSAVIA, este fruto encarna la esencia de su misión: innovar no es solo tecnología, es sembrar soluciones frente a los desafíos del siglo ventíuno, el hambre que acecha, el clima que se rebela y los suelos que claman piedad. Cada semilla mejorada, cada técnica sostenible adoptada, es un paso hacia un futuro donde el campo no solo renace, sino que florece con dignidad.
- Más información:
- José Dario Ule Rodriguez
- Profesional de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
- Sede Florencia
- Oficina Asesora de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
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