- Durante casi cuatro años y medio, más de 540 familias cacaoteras de la región del Catatumbo participaron en el proyecto “Mejora de la sostenibilidad ambiental mediante la implementación de tecnologías en el marco de la estrategia nacional para el cultivo del cacao”. Con el acompañamiento de AGROSAVIA, Fedecacao, UDES, UPB y el financiamiento del Fondo Ambiental del Gobierno de Portugal, la iniciativa dejó resultados técnicos, ambientales y sociales que hoy representan un camino hacia la resiliencia, la productividad y la paz en la región del Catatumbo (Norte de Santander).
Ocaña, Norte de Santander. 03 de septiembre de 2025. En territorios como el Catatumbo, donde la historia reciente está marcada por el conflicto armado, el abandono estatal y las economías ilícitas, el cacao se ha convertido en mucho más que un cultivo. Hoy es símbolo de resistencia, memoria y dignidad para cientos de familias campesinas que, a través de este grano, han encontrado una alternativa productiva y sostenible.
Con ese propósito nació el proyecto “Mejora de la sostenibilidad ambiental mediante la implementación de tecnologías en el marco de la estrategia nacional para el cultivo del cacao”, una iniciativa que se desarrolló en siete de los ocho municipios pertenecientes a los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) del Norte de Santander: Convención, Teorama, Hacarí, San Calixto, El Tarra, Tibú y Sardinata.
AGROSAVIA, en articulación con Fedecacao, la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) y la Universidad de Santander (UDES), y el respaldo financiero del Fondo Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Acción Climática del Gobierno de Portugal, lideró durante casi cuatro años y medio un proceso que combinó investigación, transferencia tecnológica y construcción colectiva con los agricultores.





Resultados que marcan la diferencia
El proyecto alcanzó logros que impactan de manera directa los sistemas de producción de cacao en la región. Entre los principales resultados se destacan:
- Recomendaciones específicas para la fertilización del cultivo de cacao, adaptadas a las condiciones locales de suelo y clima que incrementan la producción agrícola del cacao, información presentada en el manual “Manejo de la fertilización integrada en el cultivo de cacao: Manual orientado a la región del Catatumbo”
- Más de 400 análisis de fertilidad de suelo, que incluyeron estudios sobre los niveles de cadmio, un elemento crítico para la calidad y la comercialización internacional del cacao, que permitieron obtener un mapa de la zona de estudio.
- 160 familias cacaoteras beneficiadas con la entrega de material vegetal (más de 40.000 plantas de cacao y 2000 especies maderables) de alta calidad, entre otros, los clones de AGROSAVIA TCS 01, TCS 06, TCS 13 y TCS 19
- 100 hectáreas de cacao rehabilitadas en trabajo conjunto con Fedecacao, lo que significó la intervención e injertación de 40.000 plantas para recuperar cultivos improductivos.
- Seis hectáreas establecidas de Sistemas Agroforestales (SAFs) que favorecen la conservación de los suelos y la biodiversidad en el territorio
- Valoración de servicios ecosistémicos, que incluyeron la caracterización de la biodiversidad en los sistemas agroforestales asociados al cacao, que permitieron obtener una colección taxonómica (mariposas, escarabajos, abejas, depositada en el CTNI) y de especies arbóreas, que evidencian el potencial del cultivo como motor de conservación ambiental.
- Avances en fitorremediación del cadmio con especies arbóreas locales (SAFs), abriendo un camino para mitigar este desafío global en la producción del cacao en campo.
- Recomendaciones para optimizar la calidad e inocuidad del cacao en los procesos poscosecha, con especial énfasis en la reducción de la presencia de cadmio (de hasta un 38% con variedades de AGROSAVIA), fortaleciendo así la competitividad del grano y su valor en los mercados.
- Construcción de una planta multipropósito de cacao y un sistema de secado que usan energía solar, diseñados para estandarizar el proceso poscosecha, potenciando así la transformación y la agregación de valor en la región.
- Más de 300 visitas de asistencia técnica, en las que los investigadores, técnicos y extensionistas acompañaron de manera directa a los productores en sus fincas.
Estos logros representan avances concretos en sostenibilidad, productividad y calidad, consolidando una base científica y tecnológica que fortalece la competitividad del cacao del Catatumbo.
El cacao como puente hacia la paz
Más allá de los números, el impacto del proyecto se refleja en la vida de las comunidades. En los municipios PDET, cada árbol de cacao sembrado es un símbolo de resistencia cotidiana y de reconexión con el territorio, expresada desde el cuidado, la pertenencia y la cooperación.
“Como líder del proyecto destaco la participación activa de cada productor, clave para avanzar en prácticas sostenibles que cuidan el suelo, aumentan la productividad y fortalecen la cohesión social. Cada planta entregada o árbol sembrado es un compromiso con la paz y el desarrollo sostenible en el Catatumbo, posible gracias al apoyo del Fondo Ambiental de Portugal”, señaló Andrea C. Montenegro, Investigadora Ph. D. del C.I. Tibaitatá, durante el evento de cierre realizado el pasado 26 de agosto en Ocaña, en el que participaron más de 130 agricultores.
Los sistemas agroforestales con cacao, además de restaurar suelos y aumentar la biodiversidad, han servido como escenarios para reconstruir la confianza y fortalecer la organización comunitaria. En palabras Gloria Ballesteros, productora de cacao del corregimiento Las Mercedes, del municipio de Sardinata “el cultivo del cacao significa todo para mi familia y mi comunidad, es un producto muy favorable y estoy agradecida con AGROSAVIA por su ayuda con nuestros cultivos”.
Sembrar esperanza en el Catatumbo
El proyecto de cacao con apoyo del Gobierno de Portugal es hoy un ejemplo de cómo la cooperación internacional, la investigación científica y la voluntad comunitaria pueden converger para transformar territorios históricamente golpeados por la violencia.
El cacao en el Catatumbo es ahora un puente: entre generaciones, entre lo ambiental y lo económico, entre lo rural y lo institucional. Pero, sobre todo, es un puente hacia la paz.
Sembrar esperanza en este territorio no es una metáfora, es una acción concreta. Cada planta, cada injerto y cada grano fermentado son testimonio de que la tierra, cuando se cuida con ciencia y con amor, tiene la capacidad de sanar y de proyectar un futuro más justo, fértil y sostenible.
- Más información:
- María Elena Londoño Rubio
- Profesional de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
- Centro de Investigación Tibaitatá - CIMPA
- Oficina Asesora de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
- melondono@agrosavia.co
- AGROSAVIA