- Semillas jóvenes que brotan en la Perla Amazónica.
Puerto Asís, Putumayo. Diciembre 4 de 2025. En el umbral mismo de la Amazonía colombiana, donde la tierra se funde con el agua, se alza la Institución Educativa Nueva Granada, como preámbulo de esperanza, de ingreso a la zona de reserva campesina de la Perla Amazónica. Su destino está intrínsecamente ligado al ritmo del imponente río Putumayo, esa serpiente de agua caudalosa que recorre más de 80 kilómetros, desde Puerto Asís llevando, no solo corrientes, sino también los sueños de sus estudiantes. Este rincón de Colombia es la Perla Amazónica, un bastión de resistencia donde las comunidades campesinas tejen, con esperanza y tesón, un futuro alejado de los cultivos de uso ilícitos, abrazando la autonomía y la sagrada conservación de su entorno.
A este confín olvidado, a esta Colombia profunda y resiliente, llegó una corriente de cambio: la Estrategia Nacional Jóvenes Rurales. De la mano de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria - AGROSAVIA y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, esta alianza sembró una semilla de transformación en territorios históricamente marcados por el conflicto y la lejanía. No es solo un programa educativo; es un pacto por el futuro, una apuesta audaz por cimentar las bases de un campo colombiano sostenible y lleno de vida, cultivado por sus nuevas generaciones.
El eco de este esfuerzo encontró su voz en una estudiante, quien con palabras cargadas de genuina convicción, compartió: “Gracias, AGROSAVIA, por mostrarnos que el aprendizaje trasciende las páginas de un libro. Hemos descubierto que saber es también hacer, experimentar y unir nuestras manos. Estos proyectos nos inspiran y nos revelan el propósito tangible de nuestro estudio”. Y ese propósito ha dado frutos extraordinarios: el primer puesto a nivel nacional en el Día de la Inteligencia Artificial, un triunfo que resonó como un campanazo, demostrando que desde la ruralidad también se siembra y se cosecha innovación.
La propuesta propone desentrañar los secretos de las abejas meliponas, guardianas de un legado milenario, mediante una plataforma tecnológica. Un sistema de sensores integrados registrará en tiempo real variables críticas como temperatura, humedad y peso de la colmena. Estos datos serán transmitidos vía Wifi a un microprocesador central para, posteriormente, ser procesados por un modelo de inteligencia artificial. El objetivo final es que el análisis algorítmico revele y traduzca los patrones de conducta del enjambre, ofreciendo una ventana sin precedentes a la vida interna del panal.
Cada amanecer, sus estudiantes acuden a su tenacidad, recorriendo las aguas del Putumayo. La lancha de la institución se convierte en su cabalgadura, navegando no solo un río, sino el esfuerzo diario, el sacrificio silencioso y la férrea voluntad que los impulsa a formarse. En cada estela que dejan atrás, se dibuja la promesa de que ellos son, ya, los nuevos líderes que guiarán el sector agropecuario de la región, cultivando esperanza en la tierra fértil de una Colombia lejana, inmersa en la profundidad de la Amazonía.
Como parte de este proceso de fortalecimiento, se llevaron a cabo talleres teórico-prácticos centrados en temas como la educación ambiental y la sostenibilidad, la producción de semillas de alta calidad, el manejo de plagas y enfermedades del plátano, así como la elaboración y aplicación de biofertilizantes y biopreparados. También, con el apoyo de organizaciones del territorio como la Asociación de Desarrollo Integral Sostenible de La Perla Amazónica -ADISPA-, se abordaron aspectos relacionados con la biología de las abejas, la fabricación de cajonería y cebos atrayentes, la multiplicación de colmenas y las buenas prácticas en el meliponario, además de la empresarización agropecuaria. Todas estas iniciativas se dirigieron a fortalecer y mejorar la capacidad instalada de la institución, alineándose con su misión de erradicar la cultura ilícita y contribuir a la seguridad alimentaria del restaurante escolar y la comunidad.
Más que una simple entrega de elementos, este proyecto representó la siembra de una semilla de conciencia y vocación agropecuaria en el corazón de las nuevas generaciones. Cada herramienta, cada insumo, llegó para fertilizar el terreno de una educación rural pertinente para conectar a los estudiantes con la esencia de la tierra.
AGROSAVIA, fortaleció la institución con una dotación estratégica diseñada para despertar vocaciones: desde los delicados kits de cajonería para la cría de abejas meliponas y angelitas, una lección viva de biodiversidad y sostenibilidad, hasta las semillas de hortalizas y los colinos de plátano que se convertirían en el primer cultivo de muchos jóvenes. La potencia del motocultor, la precisión de la guadaña y la eficacia del ahoyador no son solo máquinas; son extensiones del esfuerzo humano que enseñan el valor del trabajo bien hecho y el acceso a tecnologías apropiadas que hacen más eficientes las labores del campo.
Elementos clave como la lombriz roja californiana, el abono orgánico y la melaza. Ilustraron el ciclo virtuoso de la naturaleza, mientras que la polisombra, la bomba de espalda y los minerales como la cal agrícola y la fosforita, proporcionaron las herramientas tangibles para gestionar un cultivo de éxito.
Esta entrega no fue solo un impulso material; AGROSAVIA y Minagricultura, han puesto una piedra angular para sembrar la semilla de la ruralidad en las nuevas generaciones. Al poner en sus manos las herramientas para trabajar la tierra, se está cultivando un legado perdurable: el de formar a los futuros productores del campo, innovadores agropecuarios y líderes comprometidos con un desarrollo sostenible desde sus cimientos.
- Más información:
- José Dario Ule Rodriguez
- Profesional de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
- Sede Florencia
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