Santa Marta, Magdalena. 11 de febrero de 2025. En el inmenso mundo de la agricultura, donde el sol acaricia los campos y el viento transporta el aroma de los frutos, hay una amenaza silenciosa que ha puesto en jaque a la citricultura mundial: Huanglongbing (HLB), enfermedad devastadora, causada por la bacteria Candidatus Liberibacter y transmitida por insectos vectores, que ha llevado a la erradicación de más de 100 millones de árboles en el mundo.
Se registró por primera vez en Latinoamérica cerca del 2004 en Sao Paulo (Brasil), y desde entonces su contagio en todo el continente no ha decrecido. En un estudio realizado en México en el 2010 reportó pérdidas de más de 14 millones de dólares (USD) y para el 2015 la enfermedad de HLB ya había arribado al territorio colombiano después de haberse esparcido por el caribe y las costas de Florida en Estados Unidos.
Frente a este reto, un equipo de mujeres científicas de Colombia y Cuba han decidido no rendirse. Su lucha no es solo por la sanidad vegetal, sino por el futuro de la citricultura y la seguridad alimentaria de las generaciones venideras.
Lumey Pérez Artiles, investigadora Ph.D. del Centro de Investigación Caribia de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria - AGROSAVIA y líder del proyecto “Intercambio de conocimiento y fortalecimiento de capacidades en el sistema productivo de cítricos (INTERCÍTRICOS)”, creció en una finca en Villa Clara, Cuba, donde aprendió a leer las señales de la naturaleza de la mano de su abuelo. Desde pequeña, se sintió fascinada por las plantas y los insectos, sin imaginar que esa curiosidad la llevaría a convertirse en una referente en el manejo integrado de plagas y enfermedades en cultivos frutales tropicales, en especial frente al HLB.

La trayectoria de esta cubana, que llegó a Colombia en 2016, ha estado marcada por desafíos, desde la distancia con su familia, hasta la necesidad de demostrar constantemente su valía en un sector históricamente dominado por hombres. Pero su pasión y tesón por la ciencia y su irrestricto compromiso con la citricultura han sido más fuertes que cualquier obstáculo.
Caso parecido es el de su coterránea Lochy Batista Le Riverend, una científica apasionada cuya labor ha marcado un antes y un después en la fitopatología de los cítricos y otros frutales en esta isla centroamericana. Desde sus primeros pasos en la investigación, se enfrentó al desafío del Virus de la Tristeza de los Cítricos, desarrollando un anticuerpo monoclonal clave para su detección en Cuba. Gracias a este avance, el país pudo identificar y combatir eficazmente la enfermedad, sentando las bases para una sanidad vegetal más robusta.

Pero su contribución no se detuvo ahí. Impulsada por su compromiso con la agricultura sostenible, Lochy ha liderado investigaciones pioneras sobre la epidemiología de enfermedades devastadoras como el HLB, diseñando estrategias innovadoras para proteger los cultivos. Su trabajo ha sido esencial en la lucha contra estas amenazas, promoviendo prácticas como la eliminación de plantas infectadas y el control de insectos vectores. Gracias a su incansable esfuerzo, la producción citrícola en Cuba y en la región ha encontrado nuevas esperanzas de sostenibilidad y resiliencia.
A ellas le siguen los pasos otra cubana, Maylín Rodríguez Rubial, especialista del Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical en Cuba (IIFT), quien ha dedicado su vida a estudiar la ecología y el manejo de plagas en cultivos frutales. Su labor en INTERCÍTRICOS ha sido crucial para entender la dinámica del insecto vector de HLB y desarrollar estrategias de control más efectivas. Con su acento caribeño señala que “en Cuba, más del 80% del personal que trabaja en ciencia agrícola son mujeres, y en su instituto, más del 90% del equipo científico está conformado por ellas”. Su testimonio refleja una realidad que aún necesita mayor reconocimiento: las mujeres han sido, y siguen siendo, la columna vertebral de la ciencia agrícola en Latinoamérica.

INTERCÍTRICOS es un proyecto implementado por AGROSAVIA, el IIFT y el ICA España, y es financiado por el mecanismo tripartito de Cooperación Triangular, una alianza entre APC Colombia, Cooperación Alemana para el Desarrollo - GIZ y la Unión Europea. Su objetivo es fortalecer las capacidades de diagnóstico, manejo y control de enfermedades en los cítricos a través del intercambio científico y la cooperación internacional.
El equipo multidisciplinario de este proyecto está compuesto mayoritariamente por mujeres, entre las que se destacan las investigadoras colombianas Nubia Murcia, Madeleyne Parra y Luisa Fernanda Guzmán, quienes con su conocimiento y compromiso han hecho aportes claves para transformar la citricultura en Colombia, implementando estrategias de manejo integrado de plagas, promoviendo el uso de portainjertos y capacitando a productores y técnicos para mejorar la sanidad de estos cultivos en el país. Nubia, Madeleyne y Luisa son agentes de cambio, impulsando la innovación a través de la investigación aplicada, la transferencia de tecnología y la cooperación internacional.
La labor de las mujeres en la ciencia y en los estudios técnicos en el área agrícola es fundamental. No solo contribuyen con nuevas perspectivas y soluciones integrales, sino que también desempeñan un papel crucial en la difusión del saber entre los productores. Su trabajo fortalece la agricultura familiar, mejora la calidad de vida de las comunidades rurales y empodera a otras mujeres en el sector agropecuario.
A pesar de los desafíos, cada una de estas científicas ha demostrado que la resiliencia es clave en la ciencia. Lumey Pérez recuerda los momentos de incertidumbre en su carrera, desde la distancia con su familia hasta la necesidad de abrirse camino en un entorno a veces desigual. Sin embargo, cada obstáculo ha sido una oportunidad para reafirmar su compromiso con la agricultura y la sanidad vegetal. "El conocimiento no debe quedarse en los laboratorios, sino llegar a quienes trabajan la tierra cada día", enfatiza.
En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebramos a estas guardianas de los cítricos, a las mujeres que desafían barreras y construyen un futuro donde la ciencia, la naturaleza y la pasión por el conocimiento caminan de la mano. Porque la verdadera revolución en la agricultura no solo se libra en los laboratorios o en el campo, sino en cada niña que, mirando a estas científicas, sueña con descubrir, investigar y cambiar el mundo.
- Más información:
- Daniel Mulford Soto
- Profesional de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
- Centro de Investigación Caribia
- Oficina Asesora de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
- dmulford@agrosavia.co
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