- La resiliencia del pueblo Embera Chami – Resguardo Kerakar, ya no es solo una idea: ha hechado raíces y brotes verdes. Son semillas de plátano Hartón, forjadas con paciencia y altos estándares de calidad.
- El saber ancestral y la ciencia, han demostrado que es la semilla más poderosa para un mañana más próspero.
Florencia, Caquetá. Octubre 14 de 2025. De la tierra agreste, que un día reflejó aires de olvido y se resistía a dar frutos, brota ahora la esperanza, verde y firme. En las entrañas del Huila, donde el sol acaricia el recuerdo de los festejos de San Pedro en Campoalegre y donde el aire guarda el eco de los sanjuaneros, la comunidad Embera Chamí del resguardo Kerakar, junto con el conocimiento científico de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria – AGROSAVIA, de la mano del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, urdieron un milagro. Donde antes solo la sequía escribía su relato de polvo y resignación, hoy se alzan, victoriosos, los primeros rebrotes de plátano Dominico Hartón: un triunfo dulce que se cosecha entre risas y cantos, como una promesa cumplida para la tierra y sus guardianes.
Cada cormo plantado fue una promesa susurrada; cada rebrote, un juramento cumplido. Las manos de la comunidad, unidas al rigor de la ciencia, transformaron la aridez en un vergel. No es solo una cosecha lo que se recoge; es el futuro germinando. Es la prueba tangible de que los sueños, cuando se siembran con sabiduría y se riegan con esfuerzo colectivo, inevitablemente florecen.
El planteamiento, que antes era una incógnita, hoy sabe a certeza y a éxito compartido. La innovación que trajo AGROSAVIA, no solo hizo productiva la tierra, sino que devolvió la fertilidad a la confianza. Lo que empezó como un proyecto, hoy es una realidad vibrante: la prueba de que la alianza entre el saber ancestral y la ciencia es la semilla más poderosa para un mañana próspero.




El saber ancestral de los Embera Chamí – Resguardo Kerakar se encontró con la ciencia de AGROSAVIA, forjando una alianza que germina en la tierra. Fruto de este encuentro nace un sistema innovador, una sinfonía de etapas orquestadas con precisión: el huerto madre, los túneles de multiplicación, el huerto de multiplicación intensiva y el vivero de acondicionamiento. Este modelo no solo optimiza recursos, sino que redefine la velocidad y eficacia de la propagación directamente en campo.
Mediante los túneles de multiplicación intensiva, que son estructuras agroecológicas diseñadas para optimizar la propagación masiva de plátano. Su metodología se basa en la selección y siembra de cormos de 700-1000 g, seguida de la ruptura controlada de la dominancia apical, una intervención que inhibe el crecimiento central y potencia la emisión sincronizada de brotes laterales.
Este sistema no solo acelera el proceso, sino que garantiza una multiplicación exponencial, asegurando un suministro constante y escalable de semillas con altos estándares de calidad (física, fisiológica, genética y sanitaria). Adicionalmente, la integración de un sistema de riego especializado que maximiza la eficiencia en el uso del agua, fortaleciendo la resiliencia del cultivo frente a épocas de escasez hídrica.
Hoy, el sueño de los Embera Chami ha echado raíces en forma de semillas de plátano, criadas con esmero y excelencia. Estos embriones de vida están listos no solo para surcar el mercado, sino para vestir la tierra con un manto de agricultura verde, de esa que nutre el cuerpo y el alma, asegurando el alimento de cada día y un legado para los que vendrán.
- Más información:
- José Dario Ule Rodriguez
- Profesional de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas
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