Sistema para producción de plántulas de aguacate cv. Hass
Persea americana

- Área temática:
- Material de siembra y mejoramiento genético.
- Sistema productivo:
- Aguacate
- Cobertura geográfica:
-
Región andina

Descripción
Esta tecnología incluye los lineamientos fundamentales para la producción de material vegetal de aguacate asegurando la calidad fisiológica, física, sanitaria e identidad genética, de acuerdo con las exigencias de la Resolución 078006 de 2020 del ICA, contribuyendo al mejoramiento de la calidad del material de siembra disponible que permita el establecimiento seguro de nuevas plantaciones de aguacate en el país.
Una plántula con calidad genética, fisiológica, física y sanitaria es el producto final de un cuidadoso proceso donde se garantiza el control y seguimiento de la producción, desde el establecimiento y manejo de huertos básicos para la producción de semilla sexual y asexual (yemas), hasta el transporte y propagación en vivero.
Las siguientes son las diferentes fases del proceso:
1. Huertos básicos de semilla sexual
El portainjerto es el responsable de conferir gran parte de los atributos de productividad y adaptabilidad a la copa. Para su obtención se debe seguir secuencialmente:
- La identificación de portainjertos adecuados para la copa.
- Conformación de huertos básicos. Esto se refiere a plantaciones para la producción de semilla sexual para portainjertos o yemas en el caso de producción clonal de portainjertos.
- Cosecha y transporte de fruta y procesamiento de semilla: la fruta debe ser cosechada del árbol (No del suelo) en madurez fisiológica, es decir, el momento en que la fruta se puede cosechar y llegar al límite de materia seca (no crece ni aumenta de peso), mas no madurez de consumo, con el fin de guardar la trazabilidad de la semilla. Se deben descartar frutos enfermos o con presencia de pasadores, es decir, se deben tener en cuenta sólo frutos en buenas condiciones sanitarias. El transporte debe realizarse en canastas y evitar los factores de estrés como alta humedad, alta temperatura, alta radicación, poco aire, polvo, golpes y condiciones de asepsia, tal como se maneja la fruta para exportación. Los frutos deben ser lavados, despulpados (allí debe retirarse la testa y despuntar hacia el ápice para evitar impedimentos mecánicos para la emergencia de la plúmula), y posteriormente deben ser desinfectados.
- Germinación: las semillas deben estar dispuestas en un germinador o en bolsa, con un sustrato estéril y en condiciones ambientales adecuadas que permitan la emergencia de la radícula y plúmula, así como la fácil identificación de plantas para descarte.
La copa es la encargada de la parte productiva de la planta y está influenciada en gran medida por el portainjerto. Suelen ser cultivares comerciales entre los cuales el cv. Hass es el más común. Para obtener material vegetativo con identidad genética y calidad fisiológica y sanitaria se debe contar con:
2. Huertos básicos de semilla asexual
- Conformación del banco de yemas: el objetivo de un banco de yemas o jardín clonal es la producción de varetas portayemas, las cuales se usan para el proceso de injertación, de acuerdo con el cultivar que se pretenda producir. Al igual que el huerto básico, debe ser marcado árbol a árbol y guardar la trazabilidad (conocer el árbol original del cual se toman los frutos y las yemas y haber sido caracterizado morfoagrómica y molecularmente) de las varetas portayemas durante todo el proceso desde la propagación hasta la entrega. A diferencia de los huertos básicos, para los bancos de yemas no se requiere una separación física y, es posible contar con múltiples cultivares en un mismo lote, guardando siempre la identidad del material. En este sentido, los bancos de yemas deben ser mapeados con el fin de asegurar que se guarde la identidad por sitio ante la eventual pérdida de la marcación. La identidad de la copa debe ser garantizada, ya sea por parámetros morfológicos del árbol madre o por marcadores moleculares existentes.
- Manejo agronómico de los bancos de yemas: los bancos de yemas deben ser manejados con un enfoque de producción de lanzamientos vegetativos y por tanto de yemas, es decir, que no tienen un enfoque de producción de fruta. En este sentido, aspectos como la fertilización, la poda, las distancias de siembra y el manejo sanitario deberá proceder a favor de los procesos de producción vegetativa. Allí no se debe permitir la producción de flores y frutos, eliminándose de manera manual y con revisiones periódicas. Los bancos de yemas deben ser renovados (con podas severas, decapitación, reinjertación o siembras nuevas) con una frecuencia cercana a los 5 años con el fin de evitar cambios generados por procesos tales como las variaciones somaclonales (variaciones que se dan tras procesos repetidos de duplicación celular que ocurren a partir de la poda frecuente).
- Cosecha y transporte de yemas: Deben cosecharse las yemas apicales que estén completamente sanas y que provengan de árboles sanos y sin síntomas de deficiencias nutricionales. La cosecha debe realizarse con tijeras que sean desinfectadas con hipoclorito de sodio en disolución al 2% o yodo agrícola. Al pasar de árbol a árbol, una vez cosechadas las yemas, es necesario la eliminación parcial de las hojas para evitar la deshidratación e inmediatamente, deben ser almacenadas en nevera con refrigerante y se debe procurar guardar la humedad de estas (en lo posible en bolsas herméticas y envueltas en papel húmedo), así mismo se deben conservar a bajas temperaturas, 5°C en neveras, hasta tres (3) días para mitigar el deterioro en el transporte. La injertación debe ser en el menor tiempo posible posterior al corte de las yemas y previo a la injertación, estas deben ser desinfectadas. Siempre se debe conservar la trazabilidad de la identidad de la copa en la cosecha y el transporte.
3. Manejo en vivero
La calidad de las semillas para portainjertos y yemas para copas debe conservarse durante el periodo de propagación en vivero. Esto a través de las siguientes actividades:
- Sustrato: debe ser poroso, de preferencia inerte, que presente buen drenaje y que sea de fácil adquisición en la zona. Los sustratos cuyo uso se ha masificado con de fibra de coco, mezclas con perlita, turba o cascarilla de arroz; estos proveen al almacigo una buena porosidad, retención media de humedad, son inertes y de fácil adquisición. Este sustrato además de las características físicas, aporta un buen desarrollo radical y puede ser reutilizado de ser necesario. Asimismo, debe garantizarse que el sustrato esté estéril (sin agentes patógenos, plagas o arvenses); para la esterilización térmica, se pueden usar calderas a 80°C durante tres (3) horas. En cada lote de sustrato debe medirse la conductividad eléctrica (menor a 0.8 mS/cm), el pH (de neutro a ligeramente ácido 5.5-6.5), la capacidad de intercambio catiónico (de 70 a 100 meq/100g) y realizar un análisis microbiológico para verificar la ausencia de patógenos.
- Crecimiento I: posterior al llenado de bolsas (preferiblemente inoculadas con organismos benéficos tales como Trichoderma sp, hongos formadores de micorrizas y bacterias solubilizadoras de fosfatos), inicia este proceso con el trasplante de las semillas germinadas (1 semilla por bolsa y una vez la plúmula alcance alrededor de 2,5 cm). Allí se realiza manejo nutricional y sanitario, y el seguimiento al desarrollo del portainjerto previo a la injertación. Se debe garantizar que las bolsas estén aisladas del suelo para evitar la contaminación de patógenos provenientes de este. Asimismo, debe guardarse siempre la marcación del portainjerto por genotipo en canastas con etiquetas de códigos de barras. Este proceso debe realizarse en condiciones protegidas con plástico, ventilación, malla antiáfidos y puertas y contrapuertas que permitan la desinfección del personal a cargo y se debe hacer seguimiento diario para mantener la humedad relativa de 60% y la temperatura de 15 a 25 °C con el fin de prevenir afecciones por estrés o por la acción de patógenos.
- Injertación: el personal que realice esta labor debe estar altamente capacitado, desempeñarse en un ambiente completamente aséptico, los utensilios utilizados para los cortes deben ser lavados y desinfectados antes de su uso, el personal debe contar con todos equipos de protección personal y haber realizado el lavado de manos. Debe usarse la técnica de púa terminal guardando los procesos de asepsia hasta el cubrimiento de la incisión; allí se debe garantizar el empalme perfecto entre el corte en bisel y la hendidura. Se deben realizar revisiones diarias para evitar la deshidratación de la yema y realizar correctivos cuando sea necesario.
- Crecimiento II: el paso final de adaptación y endurecimiento debe ser paulatino en cuanto a las condiciones de luz, humedad y temperatura para garantizar un fortalecimiento de la planta injertada. Se deben medir y registrar semanalmente variables fisicoquímicas del sustrato como pH, humedad, conductividad eléctrica y conductividad hidráulica. Debe realizarse un inventario de las plantas en óptimas condiciones y de aquellas que correspondan a productos no conformes. Las primeras, dependiendo del genotipo, comúnmente son plantas con características de entre 50 y 60 cm, con 50% de emisiones de hojas nuevas y 50% con hojas maduras que están listas para ser entregadas. Esto tarda entre 6 y 8 meses aproximadamente. A su vez, las plántulas no conformes, es decir, las plántulas con defectos no cumplen con los requerimientos de calidad y no deben ser entregadas al cliente. Se descartan plantas enfermas, de porte bajo y escaso desarrollo, con raíces defectuosas o pudriciones, plantas sin nuevas emisiones florales o que estén emitiendo yemas florales.
- Seguimiento posventa: es necesario realizar el registro de información sobre el desempeño del material vegetal posterior a la entrega (con visitas, llamadas u otros tipos de contacto); lo cual se debe realizar en lapsos de tiempo definidos (por ejemplo, en el establecimiento y posterior a la siembra a los tres (3), seis (6), 12 meses y 24 meses; debe tener crecimiento adecuado y sano determinado por un agrónomo. En la etapa de producción, si el árbol a los tres (3) años no inicia producción debe ser descartado. Por último, la productividad del árbol determina su permanencia en la unidad productiva.
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