Recomendaciones para la producción de semilla de calidad de cítricos en la región Caribe

- Área temática:
- Material de siembra y mejoramiento genético
- Fecha de publicación:
- 2020
- Sistema productivo:
- Cítricos
- Cobertura geográfica:
-
Región caribe

Descripción
Los cítricos y especialmente el cultivar de naranja Margarita (Citrus sinensis Osbeck) son cultivados por pequeños productores. La ola invernal, en el periodo 2010 – 2011, ocasionó la pérdida aproximada del 80 % del área sembrada en algunos municipios. Esta situación ha venido poniendo en riesgo el recurso genético de la región y el abastecimiento de fruta de las plazas de mercado locales. En este contexto, y en búsqueda de la reactivación del sistema nacional de producción de semillas en el 2013, nació el “Plan nacional para la conservación y producción de semillas para pequeños productores”, formulado por el ICA y AGROSAVIA, y financiado por el MADR, el cual buscaba, en este caso, consolidar y fortalecer núcleos productores de material propagado de calidad de naranja Margarita para el repoblamiento de cítricos en la depresión Momposina, departamentos de Bolívar y Magdalena, y así reactivar la actividad económica principal de la región.
Teniendo en cuenta lo anterior, se generó y publicó el Manual técnico para la producción de cítricos en la región de la depresión Momposina, como estrategia para mejorar la producción de semilla de calidad y aumentar las áreas establecidas en la región Caribe con árboles de calidad.
Dentro de los aspectos importantes descritos en el Manual, se destacan:
1. Estructura
La producción de plantas cítricas debe realizarse en viveros protegidos con malla antiáfidos para reducir los riesgos de entrada de insectos plaga que afecten el desarrollo adecuado de las plantas (figura 1).

Figura 1. Casa de malla antipulgón en el Centro de Investigación Palmira de AGROSAVIA
Fuente: Yacomelo et al. (2020)
2. Áreas definidas en el vivero
Siembra de las semillas para patrones: Las semillas se depositan en hileras o en bandejas sobre el sustrato que disponga el productor (figura 2), y luego se tapan con más sustrato. La profundidad de la siembra depende del tamaño de la semilla, que varía según el tipo de patrón: se sugiere sembrar las semillas pequeñas a una profundidad de entre 1,5 cm y 2 cm, y las semillas grandes, entre 2,5 cm y 3 cm.

Figura 2. Semillero con patrones de cítricos en sustrato de arena.
Fuente: Yacomelo et al. (2020)
3. Área de plantas madre
Dentro del vivero de casa de malla debe haber, en lo posible, un área destinada para un huerto básico de yemas y patrones (grupo de plantas madre con madurez fisiológica, con estabilización de producción, plenamente identificadas y con calidad genética y sanitaria, de las cuales se obtendrán semillas, varetas o yemas) (figura 3).

Figura 3. Plantas madre para yemas.
Fuente: Yacomelo et al. (2020)
4. Área de producción de patrones
El vivero de casa de malla debe disponer de un área destinada para la producción de portainjertos y su posterior injertación. Se debe realizar la adecuación o aislamiento de las plantas de tal manera que se evite la contaminación del sustrato o de los materiales vegetales de propagación por contacto directo con el suelo (figura 4).

Figura 5. Área de distribución de plantas o vitrina.
Fuente: Yacomelo et al. (2020)
Producción de semilla de calidad de cítricos
Siembra de las semillas para patrones: La semilla seleccionada para patrones debe:
- Provenir de frutos homogéneos en tamaño, peso y madurez (el peso ideal del fruto está entre 60 g y 80 g, ya que genera un mayor número de semillas y tiene un mayor poder germinativo).
- Ser colectada de frutos totalmente desarrollados y maduros.
- Ser colectada de frutos que no presenten pudriciones ni defectos en su forma y su piel.
- Ser colectada directamente de los frutos cosechados en el árbol.
Después de seleccionar los frutos que cumplan estas condiciones, se procede a extraer la semilla (figura 6). Para ello:
- Se divide el fruto en varias partes, con la finalidad de separar la semilla de la pulpa, se agrega agua y se somete a fermentación.
- Se lava varias veces la semilla para asegurar su limpieza total.
- Se seca y se selecciona de acuerdo con su tamaño, peso, sanidad y grado de madurez.
- Se somete a un tratamiento de desinfección para garantizar su conservación en almacenamiento.

Figura 6. Extracción de semillas de limón Volkameriano: forma adecuada de cortar el fruto para evitar el daño de las semillas.
Fuente: Yacomelo et al. (2020)
Riego: Luego de sembrar la semilla del portainjerto, se hace un riego suficiente para lograr una adecuada hidratación del medio de germinación; posteriormente, se cubre el sustrato que tiene las semillas con polisombra para aislarlas de los rayos directos de sol. El riego se debe realizar día de por medio hasta que ocurra la germinación, y se tiene que revisar la humedad del sustrato para determinar la duración del riego.
Trasplante en bolsas: La bolsa para la siembra de frutales debe tener unas características especiales: ser de calibre 3, contar con aditivo uv, tener 43 cm de largo (bolsa vacía) y 18 cm de ancho (incluyendo el fuelle), tener al menos 9 perforaciones laterales en el tercio final, ser negra y de polietileno de primer uso (bolsa 1), y estar marcada con el nombre del vivero y el número del registro ica.
Germinación de las semillas de los patrones en el sustrato: Los sustratos son materiales sólidos simples o mezclados; de origen natural, de síntesis o residual, y orgánicos o inorgánicos (o minerales). Todos los tipos de sustratos se pueden utilizar dependiendo de la disponibilidad y de los costos generados para el productor; sin embargo, a la hora de seleccionar el sustrato, es importante garantizar las condiciones adecuadas para el desarrollo del cultivo, proveer nutrientes en cantidades y formas necesarias, optimizar el agua de riego y la solución nutritiva, asegurarse de que los sustratos estén libres de fitopatógenos y de que presenten una adecuada porosidad (de aproximadamente un 60 % - 85 %) y reducir los costos de producción.
Se sugiere determinar algunas características físicas de los sustratos, tales como la densidad aparente, la distribución granulométrica, la porosidad y la aireación, la retención de humedad, la permeabilidad, la distribución y el tamaño de los poros, así como la estabilidad estructural. Desde el punto de vista químico, es importante tener en cuenta la capacidad de intercambio catiónico, el pH, la capacidad tampón, el contenido nutricional y la relación de carbono/nitrógeno (Pastor, 2000; Pire & Pereira, 2003).
El sustrato que se elija debe contar con buenas características físicas y químicas. Así, se sugiere utilizar como sustrato una mezcla de suelo + cascarilla de arroz + abono orgánico en una proporción de 3:1:1, respectivamente, y si es posible, con adición de micorrizas, que pueden variar entre 5 y 20 gramos por planta. Las bolsas se deben llenar garantizando que no queden espacios vacíos en los que las raíces se puedan dañar o que disminuyan el volumen de sustrato en el momento de regarlas (figura 7).


Figura 7. Disposición de los materiales para el sustrato en el vivero y llenado de las bolsas. a. Área de sustratos; b. Llenado de las bolsas.
Fuente: Yacomelo et al. (2020).
Trasplante de patrones: El trasplante debe hacerse cuando la plántula (que debe estar sana, es decir, con tres hojas verdaderas y raíces fibrosas y bien formadas) tenga cerca de 15 cm de altura (figura 8). Cuando las plántulas provienen de bandejas de germinación, el trasplante se puede desarrollar durante todo el día, sin importar el estado del clima, pero cuando se trata de plántulas a raíz desnuda provenientes de germinadores, el trasplante debe hacerse en horas de la mañana o en días con alta nubosidad, para evitar que el sol las deseque y haga que entren en estrés hídrico.
Una vez se hayan trasplantado, se requiere efectuar un riego fuerte para garantizar que las plántulas tengan suficiente agua y que el trasplante no retrase su desarrollo. Es importante anotar que las plantas con raíz desnuda deben quedar muy bien sembradas, es decir, se debe garantizar que su raíz quede adecuadamente colocada dentro del orificio de siembra y en contacto total con el sustrato, ya que podrían surgir problemas de cola de marrano o de cuello de ganso, e incluso deshidratación del material.


Figura 8. Producción de patrones de cítricos. a. plántulas de patrones listas para trasplante; b. Patrones trasplantados a bolsas.
Fuente: Yacomelo et al. (2020).
Cada patrón deberá ser identificado con pintura de un color determinado, señal que se aplica en la parte baja del tallo. De este proceso debe dejarse un registro en el libro de campo, así como de la información que se genere en el vivero.
Colecta y almacenamiento de las yemas para injertación
Las yemas (plantas madre sanas de la variedad) deben provenir de un huerto básico o de otro vivero registrado para que se garantice la calidad fitosanitaria y genética del material. Estas se recolectan uno o dos días antes de la injertación, durante la fase de crecimiento vegetativo de los árboles, y se debe buscar que la rama sea redonda y frondosa, que tenga un diámetro similar al de los patrones y entre 3 y 10 yemas. Para la conservación de las ramas hasta su uso, se requieren condiciones adecuadas, y se pueden almacenar en una cava o caja con humedad (figura 9). En caso de ser necesario, las yemas se pueden almacenar en una nevera casera a una temperatura aproximada de 10 °C hasta por 10 días sin que pierdan su viabilidad. Se recomienda que, antes de la injertación, las semillas sean tratadas con algún fungicida protectante para evitar su deterioro por microorganismos. Otra característica que se debe tener en cuenta es que los árboles portadores de las yemas deben cumplir con criterios de calidad que garanticen la clonación de individuos sobresalientes en cuanto a atributos de calidad. Para ello, se aconseja tener presente la Norma Técnica Colombiana (ntc) 4086 (Icontec, 1997), en la cual se relacionan los atributos de calidad que debe cumplir la naranja Valencia para su comercialización.

Figura 9. Yemas adecuadas para la multiplicación de plantas.
Fuente: Yacomelo et al. (2020).
Injertación:
En el momento de realizar el injerto, el patrón debe estar debidamente hidratado y bien fertilizado, de tal forma que la corteza desprenda fácilmente al hacer la incisión en la que se incrustará la yema. Los cortes efectuados en el patrón y el injerto deben estar limpios. Las dos partes deben unirse íntimamente y mantenerse ligadas mediante una atadura hasta que el injerto pegue. Esta labor debe ser realizada por una persona con experiencia en injertación y con un alto porcentaje de prendimientos.
Procedimiento:
1. Tenga a la mano las herramientas que utilizará para la injertación de los árboles (navajas, desinfectante, silla y cinta) (figura 10).

Figura 10. Herramientas necesarias para realizar la injertación.
Fuente: Yacomelo et al. (2020).
2. Seleccione los portainjertos: Prepare el patrón que quiere ser injerto y retire las ramas y hojas que puedan obstruir la realización del corte (figura 11).

Figura 11. Patrón seleccionado para injertar con ramas bajeras retiradas.
Fuente: Yacomelo et al. (2020).
3. Seleccione varetas que tengan el mismo espesor de los patrones como fuentes de yemas (figura 12).

Figura 12. Selección de varetas para toma de yemas.
Fuente: Yacomelo et al. (2020).
4. Con la navaja de injertar, haga un corte vertical de unos 2,5 cm sobre la corteza del patrón; luego, haga un corte horizontal en el extremo inferior del corte vertical (formando una T invertida). Se debe cuidar que la profundidad de los cortes sea únicamente hasta la corteza, y que el corte horizontal esté a unos 15 cm del suelo (figura 13).


Figura 13. Corte en forma de T invertida para injertar sobre el portainjerto. a. Corte vertical al portainjerto; b. Corte horizontal al portainjerto.
Fuente: Yacomelo et al. (2020).
5. Ahora, tome una vareta con una mano y seleccione una yema que haya brotado bien; haga un corte vertical desde el extremo de arriba del área de donde sacará la yema y luego, por el extremo de abajo de la yema, haga un corte horizontal hasta la profundidad del corte anterior; la yema debe tener leño para que este quede en contacto con el patrón. Mantenga la vareta apoyada contra su cuerpo al hacer el corte vertical, saque la yema y mantenga una franja de corteza de cerca de 2,5 cm (figura 14).


Figura 14. Corte de la yema a injertar. a. Corte de yema en la vareta; b. Yema cortada.
Fuente: Yacomelo et al. (2020).
6. Levante suavemente la corteza del portainjerto por el lado de los cortes que forman la T invertida e incruste la yema deslizándola de abajo hacia arriba, de tal manera que la yema se acople por debajo de la corteza del patrón (figura 15).

Figura 15. Procedimiento para incrustar la yema sobre el portainjerto. a. Levantamiento de la corteza del portainjerto; b. Incrustar la yema en la corteza.
7. Ligue y amarre el injerto con cinta plástica de abajo hacia arriba, de tal manera que quede protegido de la entrada de agua (figura 16).

Figura 16. Amarre del injerto.
8.Una vez terminado el proceso, se realiza una aplicación de insecticida + fungicida.
9. Cuando el brote del injerto tenga cerca de 7 cm, se corta el extremo superior del patrón 2,5 cm por encima de la yema del injerto para ayudar al crecimiento de la planta. El corte debe hacerse en un ángulo de 45° y en sentido contrario al injerto para evitar la acumulación de agua (figura 17).

Figura 17. Crecimiento del injerto.
10. Ubique los árboles injertos en un sitio adecuado dentro del vivero, de tal manera que queden seleccionados por patrón, e identifíquelos con una placa en la que figure el nombre del patrón, la yema y la fecha de injertación (figura 18).

Figura 18. Clasificación de los árboles injertos con base en la variedad y la fecha de injertación.
11. Finalmente, aproximadamente a los cuatro meses después de la práctica de injertación, está lista la planta para el establecimiento en campo (figura 19).

Figura 19. Árbol injerto de calidad y listo para ser establecido en campo.
Manejo agronómico:
Luego de que el material ha sido injertado, resta realizar las prácticas de manejo agronómico que garanticen la obtención de una planta de calidad. A continuación, se relacionan las prácticas que se deben realizar en la etapa de vivero.
Desyerbe:
Esta tarea se debe hacer manualmente, y consiste en retirar de la bolsa todas las hierbas que crecen al lado de la plántula, para evitarle la competencia por agua, luz y nutrientes. Esta labor se debe realizar periódicamente durante los primeros tres meses, y debe mantenerse, con menor rigurosidad, en las siguientes etapas de la planta.
Riego:
Durante la etapa de vivero, es fundamental mantener una adecuada humedad del sustrato para la germinación de la semilla del patrón. El riego garantiza, además, que haya humedad en la bolsa durante el crecimiento del patrón, la injertación y el desarrollo de la plántula, ya que un déficit o exceso de agua le provocará daños al material. El riego debe aplicarse en horas de menor temperatura para evitar mayores pérdidas por evapotranspiración o daños a las plántulas. Así mismo, las condiciones de temperatura y el tipo de suelo definen la frecuencia de los riegos, por lo que es necesario mantener un control permanente de esta labor.
Fertilización:
La fertilización de las plántulas debe ser edáfica y foliar, según recomendaciones del ingeniero agrónomo. Como sugerencia, se recomienda realizar una fertilización foliar cada 15 días. Durante los dos primeros meses, luego de la injertación, se puede utilizar un fertilizante en polvo, quelatado, soluble y de formulación completa, en una dosis de 80 gramos por bomba de 20 litros o un fertilizante foliar líquido completo con un contenido de nutrientes mayores y menores en una dosis de 1 ml/L. Posteriormente, también cada 15 días, a partir de los dos y hasta los cuatro meses después de la injertación, se puede aumentar la dosis del primer fertilizante a 110 gramos por bomba de 20 litros; después de este tiempo, la planta ya estará lista para pasar a campo. Como fertilizante edáfico, se sugiere aplicar 10 gramos por planta de un producto complejo granulado, 10 días después de la injertación, y 25 gramos por planta a los 45 días desde la injertación.
Manejo de plagas y enfermedades:
Bajo condiciones de vivero de casa de malla, existe una probabilidad muy baja de presencia e incidencia de plagas y enfermedades; sin embargo, se pueden presentar ataques de diversas plagas por el mal manejo del vivero o por labores agronómicas llevadas a cabo inadecuadamente. Bajo estas condiciones, el problema más común encontrado en la etapa de vivero es el ataque de insectos: el minador de los cítricos (Phyllocnistis citrella); el psílido asiático de los cítricos (Diaphorina citri Kuwayama), vector de la enfermedad hlb; los áfidos Toxoptera citricida Kirkaldy, Toxoptera aurantii, Aphis citricola Van der Goot y Aphis gossypii Glover; los comedores de follaje (Compsus sp.); la mosca blanca (Aleurothrixus floccosus Maskell), y los ácaros (Polyphagotarsonemus latus Banks).
Esta Oferta Tecnológica es recomendada para los departamentos de Bolívar, Magdalena, Atlántico, Cesar, La Guajira y Sucre.
Publicaciones asociadas
- Manual: Manual técnico para la producción de cítricos en la región de la Depresión Momposina.
- Artículo científico: Caracterización y selección de Citrus sinensis Osbeck cv. Árboles parentales de margaritera para repoblación en la región de la depresión de Mompox, Colombia.
Galería de imágenes





Más información
En el correo atencionalcliente@agrosavia.co en la línea única nacional (601) 9144677 o al WhatsApp (+57) 3162387122.