Producción de plántulas gulupa y granadilla libres de Fusarium
Passiflora edulis f edulis, Passiflora ligularis Juss

- Área temática:
- Manejo sanitario y fitosanitario
- Sistema productivo:
- Gulupa, granadilla
- Cobertura geográfica:
-
Región andina

Descripción
Las recomendaciones técnicas para la producción de plántulas de gulupa y granadilla en vivero libres de especies patógenas de Fusarium spp., integran distintas prácticas para prevenir la diseminación de los patógenos Fusarium solani f. sp. passiflorae y F. oxysporum f. sp. Passiflorae, y mejorar la calidad sanitaria del material de siembra.
Dichas recomendaciones incluyen la descripción para:
- La colecta de frutos para la obtención de semillas a partir de plantas madre seleccionadas y monitoreadas en cuanto a su desarrollo fisiológico, estado sanitario óptimo y en etapa de producción.
- La extracción de semilla a partir de frutos seleccionados y cosechados por sus características y desarrollo fisiológico, con consistencia firme y que conserven las características propias del ecotipo (madurez, color, consistencia y homogeneidad de la semilla).
- Traspaso a sitios bajo sombra, cubiertos, con humedad relativa baja, aireados, para evitar que los frutos estén en contacto con el suelo.
El área para la extracción y fermentación de la semilla en los viveros debe estar lo más limpio posible para evitar la contaminación cruzada de la semilla.
La fermentación consiste en dejar la semilla retirada del fruto entre 12 y 24 horas en remojo en agua de grifo, lo que facilita que el mucílago que cubre la semilla se desprenda fácil. Otra opción es la aplicación de acelerantes como la soda caustica. Después de la fermentación, la semilla se lava con abundante agua limpia y con la ayuda de un tamiz para evitar pérdidas en el proceso hasta que desaparezca por completo el mucilago; no debe dejarse mucilago adherido a la semilla porque puede favorecer el desarrollo de microorganismos saprofíticos. La semilla para secarse debe dispersarse sobre una tela o papel limpio y poner a secar bajo sombra a temperatura ambiente en una superficie alejada del suelo.
Después de secado homogéneo, la semilla se empaca en recipientes de vidrio o plásticos, bolsas de papel o en empaques de tela limpios y desinfectados; cuando se conserva en frascos por periodos largos, se recomienda hacer orificios en la tapa o colocar una muselina o bayetilla en la boca del frasco, esto permitirá una circulación de aire y evita la humedad en el interior, lo cual puede dañar o contaminar la semilla. Los recipientes con la semilla deben de ser marcados con fecha de conservación, variedad, procedencia del material conservado, nombre de quien realizo el proceso de conservación, la información debe ser bien clara y evitar que esta se borre.
Al momento de tomar la decisión de germinar la semilla, la selección del sustrato a utilizar es determinante para no diseminar el patógeno, idealmente se recomienda turba, sin embargo, existen otras opciones como suelo mezclado con arena amarilla, arena de rio, fibra de coco, cascarilla quemada o vermiculita entre otros, la relación que se recomienda usar es 3:1:1 (tres partes de suelo por una parte de arena y una parte de cascarilla o turba), con previo conocimiento del origen y análisis microbiológico en un laboratorio certificado.
Se recomienda utilizar un plástico o un mesón para ubicar los sustratos y para la preparación de semillero, preferiblemente hacerlo sobre mesones o paseras construidas a un metro o metro y medio del suelo. Se pueden aplicar microorganismos biocontroladores comerciales como Trichoderma spp. (Se recomienda el bioproducto Tricotec), Paecilomyces spp. Bacillus spp., levaduras, micorrizas, entre otros. Además, utilizar bandejas germinadoras de 50 alvéolos previamente desinfectadas, el sustrato debe tener capacidad de campo para sembrar la semilla, posteriormente cubrir con plástico oscuro hasta que se manifieste la germinación.
El mantenimiento y seguimiento debe hacerse permanentemente para mantener una humedad constante, manejo de insectos plaga y patógenos, daños por aves u otros animales y proveer la nutrición adecuada para las plántulas hasta que tengan el desarrollo óptimo para el trasplante a bolsas, donde se continua el proceso hasta la entrega al cliente.
Si bien la tecnología contribuye a que se obtenga material de siembra de calidad para establecer el cultivo, se sugiere que el viverista envíe a un laboratorio certificado algunas muestras de sustrato y de plantas para realizar pruebas diagnósticas a nivel microbiológico y asegurar la calidad.
La tecnología busca reducir la incidencia de las enfermedades en al menos un 80 % en material de siembra, lo que contribuye a evitar la diseminación de los patógenos a nuevas áreas de cultivo; por lo tanto, se reducen las fuentes de inóculo de la enfermedad, permitiendo la disponibilidad de plantas con adecuado desarrollo y calidad (física, fisiológica y fitosanitaria) desde la fase de vivero, para reflejar el potencial máximo de producción y calidad de la fruta en los cultivos.
Sumado a ello, la adición de microrganismos benéficos al sustrato favorece la colonización de éstos desde plántulas para el fortalecimiento de la actividad biocontroladora, promoción del crecimiento y protección de la planta. Con lo que se busca obtener plántulas de calidad para reducir el riesgo de contaminación por Fusarium spp. mediante el uso racional de los recursos, mayores controles de la producción y así, mejorar la competitividad y el uso sostenible de los recursos naturales.
Publicaciones asociadas
- Artículo científico: Evaluación de la resistencia de genotipos de Passifloras a Fusarium solani f.sp. passiflorae en granadilla.
- Póster: Estandarización de un sistema de infección controlada con cepas de Fusarium solani en plantas de granadilla (Passiflora ligularis Juss.). Libro de Resúmenes XIX Congreso de la Sociedad Española de Fitopatología, p 241.
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